Project Description

El Haemophilus influenzae tipo b (Hib) es causa de muerte y enfermedad grave (meningitis y neumonía). En los países de escasos recursos, el Hib fue responsable de al menos 8,13 millones de casos de enfermedades graves en niños de 1 a 59 meses y 371 mil muertes, antes de la introducción generalizada de la vacuna Hib, en el año del 2000.

En las poblaciones no vacunadas, el Hib es la causa preponderante de meningitis bacteriana no epidémica en los menores de 12 meses. Aunque las enfermedades por Hib pueden afectar a cualquier franja etaria, más del 90% de los casos de enfermedad invasiva por Hib ocurren en los menores de 5 años. En general, los niños infectados por el VIH presentan un riesgo 5,9 veces mayor de contraer una forma invasiva de enfermedad por Hib que los niños no infectados por dicho virus.

Manifestaciones

La infección y la enfermedad por Hib comienzan con la colonización de la nasofaringe (nariz y garganta). Después de la colonización, la bacteria puede causar:

  • meningitis

  • neumonía
  • artritis séptica
  • osteomielitis
  • pericarditis
  • celulitis
  • epiglotitis
  • sinusitis y otitis media mediante la propagación del Hib por contigüidad a los senos paranasales o al oído medio

Transmisión

El Hib coloniza la mucosa húmeda de la nasofaringe humana y desde allí puede transmitirse a otras personas por medio de secreciones nasofaríngeas.

Solo una proporción muy pequeña de portadores de Hib acaban padeciendo una forma clínicamente manifiesta de enfermedad, pero aquellos cuya nasofaringe ha sido colonizada constituyen fuentes importantes de diseminación del microrganismo.

La prevalencia de la colonización nasofaríngea varía en función de la edad, el lugar geográfico, la densidad de la población, los factores socioeconómicos y la cobertura vacunal. En la era prevacunal, de 3 hasta 5 % de los niños en edad prescolar en los países desarrollados eran portadores asintomáticos de Hib, y la prevalencia disminuía progresivamente a medida que aumentaba la edad.

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Prevención

La vacunación sigue siendo el único medio eficaz para prevenir la enfermedad de Hib y es cada vez más importante a medida que crece la resistencia a los antibióticos utilizados para tratar el Hib.

Vacunas

  • Hib monovalente
  • TDwP-Hib (tétanos, difteria y tos ferina de células enteras combinada con la vacuna contra el Hib)
  • TDwP-HB / Hib (tétanos, difteria y tos ferina de células enteras combinada con las vacunas contra la hepatitis B y Hib)

  • TDaP-VIP / Hib (tétanos, difteria y tos ferina acelular combinada con vacunas inactivadas contra la polio y Hib)
  • TDaP-Hib (tétanos, difteria y tos ferina acelular combinada con la vacuna contra el Hib)
  • TDaP-VIP-HB / Hib (tétanos, difteria y tos ferina acelular combinada con vacunas inactivadas contra la poliomielitis, hepatitis B y Hib)
  • Hib-MenC (Hib combinada con vacuna contra la Neisseria meningitides sorogrupo C)

Indicaciones

La OMS recomienda la inclusión de la vacunación contra Hib en todos los programas de inmunización de lactantes, a partir de las 6 semanas de vida.

La edad a la que se administra la primera dosis y el número de dosis primarias se han de fijar tras tomar en consideración los datos epidemiológicos locales, la presentación de la vacuna (vacuna anti-Hib conjugada monovalente o combinada con otros antígenos) y la forma de integrarlos en el programa general de inmunización sistemática.

Como las enfermedades por Hib graves son más frecuentes en los niños de 4 a 18 meses, la inmunización debe comenzar a partir de las 6 semanas de vida o lo antes posible después de esa edad.

Eficacia

La introducción de la vacuna anti-Hib redujo drásticamente las enfermedades por Hib notificadas en los países que la utilizan, con independencia de su grado de desarrollo o situación económica.

Los ensayos controlados aleatorizados y los estudios observacionales de la efectividad clínica de las vacunas anti-Hib contra la meningitis, la neumonía y otras formas de enfermedad invasiva por Hib han mostrado eficacia. Los datos disponibles indican que se necesitan por lo menos tres dosis para que ella sea elevada y efectiva.

También se han observado descensos significativos de las cifras de colonización nasofaríngea por Hib tras la introducción de las vacunas anti-Hib conjugadas. Ello ha dado por resultado una disminución de la incidencia de enfermedad por Hib considerablemente mayor que la atribuida directamente a los efectos de la vacuna, lo cual sugiere que el uso generalizado de la vacuna ha inducido una protección colectiva.

Seguridad

No es frecuente observar acontecimientos adversos graves tras la administración de una vacuna anti-Hib, ya sea que se inyecte como vacuna monovalente o bien combinada con otros antígenos, lo cual hace de esta vacuna una de las más seguras actualmente disponibles.

Reacciones adversas

Tras la administración de una vacuna anti-Hib se observan con frecuencia reacciones en el sitio de la inyección:

  • El 20% hasta 25% de los vacunados sienten dolor en el lugar de la inyección en algún momento en las 24 horas que siguen. Los porcentajes no varían con el lugar de la inyección. Estas reacciones suelen ser leves y pasajeras y remiten espontáneamente en un plazo de tres días.

  • La fiebre afecta al 2% de los vacunados.