El consumo moderado de bebidas alcohólicas no interfiere con la respuesta que genera la vacuna. Pero tenga en cuenta que la ingesta excesiva o el uso crónico de estas sustancias puede tener un efecto inmunodepresivo, es decir, puede reducir la capacidad de defensa del organismo, dejando a la persona más vulnerable a contraer infecciones. Entonces, independientemente de la situación, no debemos consumir alcohol en exceso. Los comportamientos responsables y positivos, así como cualquier actitud preventiva, siempre son buenos para la salud, incluida la vacunación aquí.